La leyenda del Pombero

 El pombero

Es muy parecido al duende, pero a diferencia de aquel se lo ha visto muy pocas veces, tiene los pies arreves para dificultar su búsqueda. Puede tomar la forma de cualquier animal, según la distancia parece  carpincho  parado en las patas traseras, sus ojos no son como los nuestros sino chatos como los del sapo y con cejas de pelo largo, mira fijo como las lechuzas. Tiene la boca grande y alargada y sus dientes son muy blancos. Se dice que es dueño de los pájaros, del sol y señor de la noche. Sale  a pasear en los meses de octubre y noviembre cuando empieza el calor.

Cuentan que una vez el pombero se enojo con un hachero en la provincia de Formosa, lo saco del rancho con cama y todo durante la noche y lo dejo en medio del monte. Lo mismo se repitió durante varias noches hasta que una vez lo golpeo y lo dejo paralitico.

Quiere a los chicos buenos y golpea a los malos cuando uno le imita el grito o el silbido este responde en forma enloquecedora. Dicen que se lo ahuyenta con ajo.

Por su parte nos han contado que en corrientes la historia es distinta, es más parecida al duende norteño pues es petizo narigón con un gran sombrero aludo y con un gran dote masculino que aparece en los bananales a la siesta y suele perseguir en especial  a las niñas apodado el duende sombre rudo o el duende de la siesta a los niños se le hace dormir después del almuerzo para evitar encontrase con él.

"CUENTO DEL POMBERITO"


Es como un duende el pomberito
Se dice que vive en el bananal
Y como el taitá pombero
A los chicos quiere mal
Es mezquino y es goloso
Cuidando del bananero
Y al chico que más se acerca
Siempre le come primero
Por esas hojas dobladas 
Y que bajan hasta el suelo
El pomberito se sube
Más ligero que en un vuelo
Y entre los cachos se esconde
Y al contar uno por uno 
El sabe cuantos le quedan
Y si le roban algunos
Entonces mucho se enoja
Haciendo oír los chillidos
Que en el bananal se escuchan 
Como si fueran rugidos
Así me ha contado ñeco
Cunumí correntinito
La verdad más verdadera
Del duende carapecito
Y así yo cuento también
La historia del pomberito
Ese duende misterioso
Muy glotón y petisito
Que vive en los bananales
De la siesta campesina
Y en alma candorosa
De la infancia correntina